Esta leyenda dice que habían personas que transnochaban debajo de un árbol muy grande y de donde se veía una puerta de un templo.La persona que entraba veía una gran sala con un sacerdote al final cantando misa en latín. La persona oye atentamente pero a la hora de la consagración el padre se da la vuelta y se vé que no tiene cabeza y está chorreando sangre en sus manos.
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